LA ESFINGE.

 

 En la mitología griega, la Esfinge (en griego antiguo Σφίγξ, quizá de σφίγγω, ‘estrangular’) era un demonio de destrucción y mala suerte, que se representaba con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave.

 

Origen

Hesíodo, quien en su Teogonía es el primero que la menciona, la hace hija de la Quimera y de Ortro, el terrible perro hermano de Cerberos. Opinión que no comparte Laso de Hermíone, quien la estima nacida de Equidna, la bella ninfa con cola de serpiente, y del poderoso Tifón; siendo de la misma opinión Higinio y Apolodoro. Otros la señalan como el fruto de los amores entre Tifón y la Quimera.

Para la mayoría de los escritores de la antigüedad, la Esfinge era única y de ascendencia divina. Sin embargo, hay algunos que dan a entender que se trataría de una especie de animal. Así, Plinio el Viejo señala que las esfinges habitan las zonas más remotas de Etiopía y tienen un pelaje pardo rojizo.

 

 

 EL PERRO DE TRES CABEZAS (cerbero).

 

En la mitología griega, Cerbero (en griego Κέρβερος Kérberos, ‘demonio del pozo’), también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas, con una serpiente en lugar de cola.

Cerbero guardaba la puerta del Hades (el inframundo griego) y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. La existencia de un perro infernal en la entrada de los infiernos parece que ya estaba presente en la mitología indoeuropea original, pues aparece en los mitos de otros pueblos indoeuropeos, como es el caso del perro ensangrentado Garm en la mitología escandinava.

 

ORIGEN.

 

Su origen se asocia en variadas oportunidades con la constelación de Cetus, en la que se puede ver las puertas del inframundo cerradas y una bestia similar a cerbero en el centro custodiándola celosamente. A lo largo de la historia se le cambió su apariencia varias veces, a veces se dice que tenía serpientes en el lomo, o que tenía 50 ó 100 cabezas en vez de 3, pero la forma más tradicional de representarlo es con 3 cabezas y una serpiente por cola.

Si bien varios héroes desafiaron su valor y lograron eludirlo, Orfeo (quien lo durmió con su dulce música), o Hermes (que lo durmió con agua del río Lete), varios padecieron frente a su fiereza. Hasta que un día Hércules (Heracles) en uno de sus doce trabajos logró vencerlo. Existen varias versiones acerca de este hecho, algunas cuentan que Hércules le pidió amablemente al can que lo deje entrar y éste se corrio y dio entrada al héroe, mientras que en otras versiones Herácles arrastró fuera del inframundo a Cerbero, o en su defecto lo mató para poder ingresar a Tártaro.

 

 

Hombre lobo.

El hombre lobo, también conocido como licántropo, es una criatura legendaria presente en muchas culturas independientes a lo largo del mundo. Se ha dicho que este es el más universal de todos los mitos (probablemente junto con el del vampiro), y aún hoy, mucha gente cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de «hombres bestia». Todas las características típicas de aquel animal - como son la ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez- son en ellos claramente manifiestas, para desgracia de todos aquellos que se cruzan en su camino. Según las creencias populares, este hombre lobo puede permanecer con su aspecto animal únicamente por espacio de unas cuantas horas, generalmente cuando sale la luna llena. En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente exterior.

 

ORIGEN.


Como la mayoría de los intentos de usar la ciencia moderna para explicar creencias religiosas y folklore, esta teoría es controvertida e insatisfactoria. Por ejemplo, no explica por qué los brotes de histeria sobre brujería y las leyendas de transformaciones en animales que existen alrededor del mundo, incluyendo en lugares donde no hay cornezuelo del centeno. La histeria y la superstición han existido a través del mundo por toda la historia registrada, y, generalmente hablando, el envenenamiento por consumo de hongos no es la razón de todos estos acontecimientos.
Similarmente, algunos investigadores modernos han intentado utilizar condiciones tales como rabia, hipertricosis (crecimiento excesivo del pelo sobre el cuerpo entero) o porphyria (un desorden enzimático con síntomas que incluyen alucinaciones y paranoia) como explicación para la creencia del hombre lobo, aunque los síntomas de esas dolencias no emparejan completamente con el folclore o la evidencia de los episodios de histeria colectiva.
También existe un raro desorden mental llamado Licantropía clínica, en la que la persona afectada tiene una ilusoria creencia de que él o ella se están transformando en otro animal, aunque no siempre es un lobo o un hombre-lobo.
Otros creen que las leyendas de hombre-lobo nacieron como parte del chamanismo y tótems, animales en las culturas primitivas basadas en la naturaleza. El término «teriantropía» ha sido adoptado para describir un concepto espiritual en el que el individuo cree que él o ella tienen el espíritu o alma, en su totalidad o en parte, de un animal no-humano.
Bíblicamente hablando, no se conocen referencias. Ni datos congruentes de su existencia.

 

 

Vampiro.

 

Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos (usualmente bajo la forma de la sangre) para mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes, el vampiro es una deidad demoníaca o un dios menor que forma parte del panteón siniestro en sus mitologías.
En la cultura europea y occidental, así como en la cultura global contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, el de un ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o re viniente depredador chupasangre.

 

Origen.


Es probable que el mito del vampiro en el folclore de muchas culturas desde tiempos inmemoriales, provenga inicialmente de la necesidad de personificar la "sombra", uno de los arquetipos primordiales en el inconsciente colectivo, según conceptos de Carl Gustav Jung, y que representa los instintos o impulsos humanos reprimidos más primitivos. Así sería la encarnación del mal como entidad y una representación del lado salvaje del hombre o su atavismo bestial, latente en su sistema límbico y en conflicto permanente con las normas sociales y religiosas.2 3
Pero el mito, como es conocido en nuestros días, además del citado temor a los bajos instintos es también una combinación compleja de varios temores y creencias humanas que incluyen: la atribución a la sangre de ser fuente de poderío o vehículo del alma, el temor a la depredación y a la enfermedad o a la muerte y a su expresión más palpable como es el cadáver, así como a la fascinación temerosa por la inmortalidad y el instinto de supervivencia.4
Algunos estudiosos sugieren que el mito del vampiro, sobre todo el que se popularizó en Europa después del siglo XVII, se debe en parte a la necesidad de explicar, en medio de una atmósfera de pánico colectivo, las epidemias causadas por enfermedades reales que asolaron Europa, antes de que la ciencia lograra explicarlas racionalmente.

 

 

 

Grifo.

 

El grifo es una criatura mitológica, cuya parte superior es la de un águila gigante, con plumas doradas, afilado pico y poderosas garras. La parte inferior es la de un león, con pelaje amarillo, musculosas patas y rabo. Algunos grifos se representan con orejas puntiagudas en la cabeza o plumas en la cola. De acuerdo a los mitos, es ocho veces más grande y fuerte que un león común y no es raro que se lleve a un jinete con su caballo, o a un par de bueyes, que entran en sus patas.

 

Origen.

Una hipótesis plantea que el origen real del grifo como criatura mitológica se encuentra en los numerosos restos fósiles de dinosaurios pertenecientes a la familia Ceratopsidae, que se pueden encontrar en gran número en los desiertos de Asia central, especialmente Mongolia.
Los esqueletos aplastados de estos dinosaurios, de boca en forma de pico ganchudo, amplios huesos escapulares, cola larga y patas con pezuñas de varios dedos pueden haber dado lugar a una reinterpretación de los dueños de esos esqueletos convirtiéndose en criaturas mitológicas a falta de un referente real.